A los domingueros que utilizan la zona destinada para las barbacoas, se les unen de manera diaria los chiquillos que entran en sonoras motocicletas y a gran velocidad al recinto deportivo recientemente abierto en el parque.
Aquí no hay tolerancia que valga, se trata de civismo, se trata de que las autoridades municipales pongan fin a esta práctica tolerada. Esperemos no tener que lamentar en ningún un momento una desgracia personal de nadie para que entonces digan que no eran conocedores de tal práctica.
1 comentario:
tienes razón JLG... es una verguenza lo de los coches y las motos en el parque... en cierta manera, no pondrán remedio hasta que pase algo,,espero que no se repita la triste historia de Castelldefels...que aun siendo una imprudencia,, se había avisado...
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